Historia de Oviedo en Asturias Capital del principado 

 

 

La ciudad de Oviedo surgió sobre una colina que los romanos llamaban Ovetao. Su fundador fue el rey asturiano Fruela, hijo de Alfonso I de Asturias (yerno y sucesor del rey Fruela I de Asturias), que reinó desde el año 757 al 768.

En el año 761, a no mucha distancia de la vieja civitas romana de Lucus Asturum, el monje presbítero Máximo y su sobrino Fromestano decidieron fundar un monasterio a orillas de la calzada romana que unía León con Lugo de Llanera pasando por el puerto de Pajares. Posteriormente erigieron una ermita en honor del mártir San Vicente, al que poco tiempo después se unieron dos docenas de monjes, lo que supuso la transformación del lugar en monasterio, tal y como consta en el acta fundacional firmada el 25 de diciembre del año 781, siendo su primer abad Fromestano. Obtuvo seguidamente la protección del rey Fruela I, que eligió el lugar como residencia de Munia, su mujer, y en él nació su hijo Alfonso II, que posteriormente se conocería como «el Casto».

Más tarde, el hijo de Fruela, Alfonso II el Casto trasladó la capital del reino de Asturias desde Cangas de Onís a este lugar y convirtió a Oviedo en sede episcopal. Además la fortificó y dotó de palacios, iglesias y otras estructuras, como el acueducto de los Pilares (del que sólo se conservan cinco arcos). La muralla que protegía la ciudad, de la que hoy apenas quedan partes visibles en varios emplazamientos, delimitaba una figura circular adaptada a la colina, ocupando un área de 11 ha que cobijaba a unas 6.000 personas distribuidas en tres barrios relativamente diferenciados: La Villa, que agrupaba los edificios más antiguos religiosos y civiles; Cimadevilla, mercantil y vinculada a las peregrinaciones; y Socastiello.

Durante su reinado, en 812, se descubrió en Compostela una tumba que se supuso del apóstol Santiago. Alfonso II partió de Oviedo para visitar la tumba, con lo que se convirtió en el primer peregrino en ir a Santiago de Compostela, inaugurando el primer camino de peregrinos.

Alfonso II de Asturias (c.760 - 842), apodado el Casto. Rey de Asturias en dos momentos: primero, en el año 783, y después, entre los años 791 y 842.

Era hijo de Fruela I y Munia, de origen vascón. Nació en Oviedo hacia el año 760. Al morir su padre quedó al cargo de su tía Adosinda, esposa del rey Silo; aunque hay una tradición que dice que fue llevado al monasterio de Samos, en Galicia. Durante el reinado de Silo desempeñó el gobierno del Palacio. A la muerte de éste es elegido como rey gracias al apoyo de su tía Adosinda y de los magnates de la corte, pero su tío Mauregato organizó una fuerte oposición y consiguió deponer a Alfonso, que buscó refugio en Álava entre sus parientes maternos.

Cuando Bermudo I renuncia al trono debido a su derrota en la batalla de Burbia, Alfonso regresa a Asturias y es proclamado rey el 14 de septiembre de 791.
 

Fijó su corte en Oviedo, en donde construyó varias iglesias y un palacio. En la actualidad sólo quedan restos de la iglesia de San Tirso. En las afueras de los límites del Oviedo de su época levantó la iglesia de Santullano.
 

Alfonso III de Asturias, llamado el Magno  fue rey de Asturias desde 866 hasta poco antes de su muerte.

Hijo y sucesor de Ordoño I de Asturias y su esposa Munia, Alfonso III fue el último rey asturiano, o el primero de León, ya que en esta ciudad residió largas temporadas, y allí tenía su Consejo de Gobierno y Tribunal de Justicia.

Desde su ascenso al poder hubo de hacer frente a una serie de problemas internos: revueltas nobiliarias, conatos de rebelión en la propia dinastía, como el caso del infante Vermudo el Ciego. Llevó a cabo una fuerte actividad repobladora, acogiendo a una importante inmigración mozárabe, y consolidó el Duero como frontera meridional del reino, en torno a las plazas fuertes de Toro y Zamora. Luchó enérgicamente contra los musulmanes, a los que derrotó en Polvoraria. Rechazó la yihad del rebelde omeya Ibn al-Qitt y pactó con Ibn Marwan al-Yalliqi, valí de Mérida.

Casó con Jimena Garcés,  cuya estirpe todavía se discute, aunque probablemente era hija del rey García de Pamplona. De este matrimonio nacieron los tres primeros reyes propiamente leoneses, García, Ordoño y Fruela, que ya en vida de su padre gobernaron respectivamente la frontera centro-oriental (la futura Castilla), Galicia y Portugal, y Asturias.

Sus últimos años de reinado son oscuros. Por motivos desconocidos, García trató de derrocarlo, lo que logró finalmente con el concurso de sus hermanos. Alfonso III abdicó, aunque a lparecer conservó el título real, y murió en Zamora, al parecer tras emprender una última incursión en territorio musulmán.
 

Capital del reino de Asturias en el siglo IX, santurario venerado por todo el occidente europeo a lo largo de los siglos, hoy día la capital del Principado de Asturias es el testimonio vivo y material de una de las más profundas raíces de España "
(Así se presenta Oviedo ante la UNESCO para solicitar la declaración de Patrimonio Mundial sobre su casco histórico y los monumentos prerrománicos situados fuera de él. Junio de 1997

 Guía turística de Oviedo (Uviéu en asturiano) es una ciudad y un concejo  de origen medieval (siglo VIII). Es la capital del Principado de Asturias (España), así como el centro comercial, de negocios, administrativo y universitario de la región; también es la sede de la Archidiócesis de Oviedo. Tiene una población de 224.500 habitantes (a fecha de noviembre de 2008), lo que la convierte en la segunda ciudad más poblada de la región.
En la Guía Turística de Oviedo Capital del Principado de Asturias se encuentra Información  de la Historia,   Monumentos, Estatuas, Alojamientos,   etc.

Ostenta los títulos de «La muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y buena ciudad de Oviedo» y así lo recoge una placa situada en la fachada del edificio del Ayuntamiento.

Ovetenses emprendedores bautizaron con este nombre a cinco ciudades, todas ellas en el continente americano: en Baja California y en Veracruz (México), en Paraguay, en la República Dominicana y en Florida (EE. UU.)
 

El gentilicio de los habitantes de Oviedo es ovetense, aunque popularmente también se les conoce como carbayones, en recuerdo de un árbol que fue durante muchos siglos símbolo de la ciudad. Un carbayo es un roble, un árbol que era sagrado para los antiguos astures y cántabros.Uno de ellos, varias veces centenario, era conocido con el nombre de «el Carbayón», y estaba plantado en lo que, hasta mediados del siglo XIX, eran las afueras de la ciudad. La necesidad de conectar el casco antiguo de la ciudad con la nueva estación del norte (por la que llegaban los trenes de la Meseta Central) llevó a la corporación municipal a impulsar un ensanche que obligó a cortarlo, pues su presencia impedía que la que hoy es calle Uría tuviese el trazado rectilíneo que pretendían los impulsores de esta ordenación del extrarradio de la ciudad de Oviedo Pese a la oposición de gran parte de los ciudadanos, el roble fue finalmente talado.

Ciudades hermanadas